lunes, 30 de junio de 2014

SEMANA DE LA MODA SLOW 2014




LUJO Y REALIDAD EN FORMATO CHILENO

De todos los eventos de moda en el magro calendario local, es este el que debería tener la mayor atención dentro del espectro. No solo porque existe una nobleza particular en el evento, sino porque lo que se presenta dentro del concepto se arranca de lo rápido e industrial, sino que se avoca a lo perdurable e identitario.

Fue en la Estación Mapocho y bajo el nombre de Slow Fashion, Semana de la Moda Slow, Moda Morfosis, etc. característica común de un evento cuya organización carece de orden y bagaje, se dio cita a un grupo de diseñadores que desarrollan, a su modo, lo que hoy en día llamamos Moda Lenta, la moda consiente del hacer, producir y gestionar el diseño, como respuesta al fast fashion, la moda de la que se nutre fervientemente el retail y que tantos daños provoca en la economía, el medio ambiente, la política y la dignidad humana.

Abrió, en una pasarela patrimonial, amplia y bella pero mal iluminada y escasamente demarcada, las joyas que Natalia Yañez desarrolla para la colección “Las Chilotas” cuya fortaleza es el uso de un tejido de carácter histórico en accesorios que provocan tensión visual (como podría esperarse de la imposición de una trama sobre el cuerpo) y como, en pasarela, el formato usado sincronizaba con el espacio, como iban vestidas a modelos y la intención de realzar el objeto.



Luego era el turno de una invitada internacional. Desde Colombia, Adriana Santa Cruz nos mostraba un nuevo patchwork, uniendo tramos de paño lana y que acercaban sus prendas a ratos a la deconstrucción y a ratos ponía énfasis en las dualidades entre lo largo y corto, delicado y sensorial, la colombiana mezcla texturas y tejidos para lograr un apuesta contemporánea.



A renglón seguido presentó una propuesta donde lo figurativo era lo central, “Aves del Paraíso” de La Burla mezcla materiales dispares con estampados obvios que dan nombre a la colección cuyo peso conceptual se difuminó después de que el primer modelo abandonara la pasarela con una suerte de burka y un cintillo metálico. Visto estaba, pero valía la pena intentarlo, De todo el nylon contenido en la ropa mostrada por La Burla podríamos declarar que de moda lenta contenía muy poco.



La radical propuesta de Juana Díaz se ha ido ablandando con el tiempo, la misma silueta, la misma confección, el mismo oficio. Al principio era un halago, ahora vemos como una técnica de la que se apropia o crea una diseñadora debería evolucionar formalmente, sin embargo los destellos que brinda la sra. Díaz de su trabajo quedaron claros con un faldón que cerró el desfile, su modo se replicaba en un objeto nuevo, que daba la impresión que esas cicatrices que muestran las telas de Juana contenían una arquitectura desbordante. Una evidencia de genialidad pero que no permeó una colección que en pasarela era acompañada por las roídas joyas de estudio Walka, que, con esmero impusieron una estética “folk – trash” a los accesorios.




Con una propuesta potente y que apunta a una moda latinoamericana con raíces profundamente globales, la uruguaya Michelle Serván se encontraba fuera de formato, con una colección prolífica en estampados, paños extensos, y una silueta sin un norte claro existía en toda su figurativa propuesta un lenguaje que a pesar de ser contemporáneo, se acercaba mas a la estética básica del retail que a la vuelta en el pensamiento del Slow Fashion y por guiños como esto uno se pregunta finalmente, donde o que hace que un diseño posea el titulo que lo agrupe a la moda lenta, pues es la intención artesanal, el uso de materiales nobles y no intervenidos por el acrílico y que su propuesta visual vaya centrada en la intensión anacrónica de la prenda, elementos que la uruguaya poco transmitía.




Desde Ancud y bajo la mano firme de Marcia Mansilla, Taller Kelwo presentó una propuesta purista y radical. Visceral  con ese “hacer-acá” y con una visión global. Es tal el aislamiento de la sra. Mansilla que convierte toda su colección de prendas de paño lana y paño de telar en prendas atemporales, con líneas eternas y básicas y cuya sastrería es un halago para su acotada clientela. Contemporánea y sin pretensiones, Kelwo da una clase magistral de la artesanía chilena, donde los detalles en los pesados abrigos traían el olor chilote a la Estación Mapocho y donde la humildad de una prenda la hace tan noble como cualquier artículo de Alta Costura.




La argentina Paula Gray es en sí misma una simplista… y no vaya a creer, usted lector que serlo es un hastío, al contrario, ser sutil debe ser por lejos la sensación más difícil de provocar, cuando se quiere, claro. Sin embargo la diseñadora en cuestión plantea un blanco puro como hilo de su colección y así mismo plantea un giro en la moda slow, porque primero ofrece un cambio en la estética artesanal en el conjunto entregándolo a un norte futurista con materiales cercanos al algodón orgánico. Usable, cuestionable y “ready-to-wear”




Cualquier persona medianamente informada en moda, habrá visto el desfile que J. Altuzarra presentó en la pasada semana de la moda neoyorkina. El video puesto en You Tube goza de las nuevas tecnologías como el slow motion en HD donde el paño de baby alpaca se mueve como se mueven las arenas en el altiplano. Desde la palestra chilena el colectivo femenino Agrupación Moda Lenta mostró una propuesta invaluable, de altísima calidad tanto material como de manufactura. Lejos de cualquier adorno, la fortaleza de la propuesta era el uso de cachmires, linos y paños lanas de primera calidad producidos por Crossville u Oveja Tomé, conocidas empresas del rubro textil que encumbraron a Chile (previo al golpe de estado) como potencia del textil industrial y que con el tiempo se diluyeron en un mar de sin sabores y desproteccionismos estatales vergonzosos  y que a través del  diseño de AML vuelven a ofrecer un lujo singular centrado en el material puro, la confección dura y la sencillez que deja que los factores anteriores brillen en piezas únicas, atemporales y heredables debido a su alta calidad. Las siluetas libres unían todo de manera intuitiva y la paleta de colores, por defecto ( ¡Y QUE EFECTO! )Eran tonos tierra, marengos y grises. Flotaban sobre el cuerpo con elegancia exquisita. El colectivo, formado por micro marcas agrupadas como Mónica Navarro (Pranayama), Francisca Tuca, Fabiana Persia (Savia Indumentaria) y Maritxu Heauty (MH) son ciertamente un ejemplo de cómo la textilería femenina despoja la ropa de adornos más que la propia femeneidad y calidad.¿ Y que que tiene que ver con lo de Altuzarra? Pues desde esta perspectiva lo mostrado por AML posee esa misma globalidad, la misma exquisitez y el mismo lenguaje entre el sport wear  y elegancia que caracterizó ese desfile  y que ciertamente puestas, las cosas de AML, en una pasarela cuidada hubiesen brillado de otro modo.







Martin J está pronto a convertirse en un icono. La rebelión personal que lleva a cabo el diseñador lo mandó a buscar ayuda en maestros nacionales del hacer ropa como Ignacio Lechuga, alianza aplaudida por esta columna virtual de moda porque primero, despoja de egos a la micro industria de la moda criolla y segundo porque un dialogo entre diseñadores no lo constituyen las palabras dichas sino los trabajos mostrados y en ese aspecto Martin J entra al ruedo con la colección “Beloperone” íntegramente masculina que nace por la inquietud de la ropa para hombres hecha por hombres y como ofrecer al cliente una mirada singular de la indumentaria. La paleta de colores es un abstracto donde se premia la masculinidad con colores azules, grises, violáceos, entre otros y en donde las texturas marca la diferencia entre durabilidad y comodidad presente, por ejemplo, en el conjunto de short y camisa de cashmir en cuadrillé amarillo ocre en donde el aporte de MJ es una visión profunda, amplia y global que el diseñador comparte en su misión como comunicador. Honesto con el acontecer.





El sagrado corazón de Vale Valuchi se tomó la penúltima presentación de esta maratónica noche de desfiles. Con telas exquisitas y en constante movimiento la uruguaya presentó “Crista” y como no…  ¿Latinoamérica sin imágenes religiosas? RARO. Los paños vivos de Valuchi se presentaban como capas de información… sencillas, clásicas pero que funciona siempre ya que varios de sus detalles (muchas veces vistos) conforman soluciones sin innovación.




Para cerrar, la diseñadora Fran Montecino presentó una colección denominada “Espejos de Agua” y que profesa una conceptualización mística llevada a prendas con una carga emocional importante y que plantea un dialogo entre la visión de una diseñadora que en el hoy por hoy trabaja en silencio en su taller porteño, el consumo y la clientela. Hace algún tiempo atrás Karyn Coo planteaba el hecho de que la Alta Costura era una condición que tenia que ver con el tiempo de trabajo en un vestido. Pues aquí le podríamos presentar un ejemplo vivo de una mirada a la Alta costura con raíces artesanales, exclusivas, de calidad y con una historia extensa que contar. Bordados sobre lino, hilo de seda sobre algodón orgánico, paño lana y diseños adaptables al cuerpo visto como un soporte de colores, texturas e historias. El paso de la sra. Montecino por la escuela de Juana Díaz se hace patente en sus terminaciones y remate de costuras como sello de propiedad. Siluetas libres y clásicas Fran Montecino ofrece elegancia artesanal, atemporal y enraizada en la honestidad y creatividad.



 Concluir esta columna provocó la misma sensación de empalagosa espera (me imagino que como lector la sensación deberá ser similar) que el día de los desfiles, es necesario dar aire a la información y cuando decimos eso no nos referimos a un grupo de danza contemporánea haciendo un breack entre una tanda y otra, sino que mostrar de a poco el trabajo de los diseñadores. Darle a cada uno el tiempo de expresión necesario con dignidad y respeto, para que copas de vino rota no estropeen la pasarela ni los invitados se crucen por pasarela huyendo de que-sabe-uno-que-cosa entre modelo y modelo. Profesionalizar la puesta en escena es lo mínimo que puede hacer una organización al momento de decidir concretar un evento de esta magnitud, sin embargo felicitamos la gallardia de llevarlo a cabo.

De todo lo visto existe un aire de nueva moda, la moda del futuro, lo que usaremos por defecto si es que el consumo nos arrastra a la destrucción de los bienes globales. La expresión de cada uno de los creadores quedó sellada como una visión crítica de su realidad circundante. Una postura política entre el hacer ropa y el público que quiere comprarla. Hay en toda la Moda Slow el sentimiento de ir por un camino acotado y pedregoso pero con un paisaje hermoso que mirar y de estar aportando a una industria de diseño equitativa, única y despojada de prejuicios. Construir y avanzar sin dar pie atrás.-


Texto : Nicolás Castillo
 Fotos : René de la Cruz
Equipo Circulo Mag

2 comentarios:

  1. Coincido casi por completo con sus palabras. Como fiel seguidora de la tendencia Slow la presencia de plástico y telas sintéticas también me parecieron muy fuera de lugar.
    En relación a qué es estéticamente Slow, quisiera mencionar qué, mas que visual, esta tendencia apela a lo valórico. No tiene que ser o parecer artesanal necesariamente, sí tiene que ser consciente, sustentable, de comercio justo y circuito corto, sin importar si sus formas son similares al vestuario del retail, mientras sea sólo una similitud de formas y no de fondo, es decir, que no esté fabricada bajo las normas y técnicas del fast fashion.

    Por otro lado, quisiera mencionar que la AGRUPACIÓN MODA LENTA (AML), está integrada por Mónica Navarro (Pranayama), Francisca Tuca, Fabiana Persia (Savia Indumentaria) y Maritxu Heauty (MH), quienes compartieron pasarela en este evento. También es parte de esta agrupación Juana Díaz (JD). Sería bueno corregir el texto y poner los nombres y marcas correctas…

    Si bien como buen evento primerizo tiene mucho por mejorar, se agradece una pasarela nacional, latina, donde se pueda conocer y discutir sobre el diseño local.

    ResponderEliminar
  2. Es obvio que el dueño del blog es un gordo bastante pajero que escribe resentido desde un cybercafé.

    ResponderEliminar