lunes, 4 de abril de 2016

Désfile Capsula Sebastian del Real

La moda a ratos podrá mostrarse contraria, a veces, como muchos y muchas plantean, que ha estratificado a la mujer, que ha hecho de ella un objeto. Un objeto decorativo, un objeto fetiche, un objeto de comercialización, un objeto de servicio varios. Un objeto sexual.  Sin embargo, la moda, ha sido un acompañante trascendental a la hora de definir la escalada política y económica que ha levantado la mujer desde los últimos decenios del siglo XIX  y que coincide con el inicio de La Revolución Industrial y a su vez con la primera firma que declara los principios de la industria de la moda y el vestir. La mano obrera, los primeros sindicatos. El día de la Mujer conmemora a las trabajadoras textiles en huelga de una fábrica de camisas en el NY de 1920. La moda estuvo presente con las sufragistas, las primeras feministas, la liberación del corset impulsada por Chanel. Estuvo presente, y así lo hizo patente la exhibición Entre Guerras del museo de la Moda de Santiago, en el rol de la mujer en las guerras mundiales. La moda siguió a la mujer cuando tuvo que abrirse lugar en el orden patriarcal que rige al mundo. La abogado, la doctor, la arquitecto. Grace Jones se quitó los pantalones de su tuxedo cuando le prohibieron la entrada a una mujer en traje de hombre en el Oak Bar. Donna Karan a principios del 92 lanzó el look que definiría a la mujer trabajadora de los años 90 en su campaña In Woman We Trust fotografiada por P. Lindbergh y que mostraba a mujeres en roles públicos que antes eran propios de los hombres, todo esto por una promulgación de ley estadounidense que abogaba por la participación femenina en directorios y cargos de poder político. Y así, históricamente, la moda ha servido a la mujer para situarla en una fecha particular en el calendario moderno y contemporáneo y así revisar el momento social, político, económico y tecnológico que la rodeaba.

El jueves 30, en la Galería Animal se uniría a la presentación de colección de Sebastián  del Real en colaboración conceptual y performance The Collective CL en un curso dictado por la stylist Macarena Hamilton y desarrollado por quienes tomaron ese curso. Se habló de una muestra feminista, que era una protesta, que era un acto que mostraba el rol de la mujer.  Y no podemos estar más en desacuerdo por respeto a lo que el primer párrafo pobremente describe.
La ropa de Sebastián del Real siempre ha tenido un sesgo romántico que lo ha hecho característico en un medio que sin ser amplio, bien podría ser profundo, porque cada diseñador, de un modo u otro, se ha apropiado de una estética que va definiendo, re definiendo y nutriendo a lo largo del tiempo. Y eso es algo que hacho Del Real. Pero es eso también un comportamiento básico global, el desarrollo de identidad de marca. Vestidos delicados, ultra-femeninos, una paleta de colores suaves y pasteles. El uso del strapless y la caída amplia y más abajo de la rodilla bien merecía ser tomada como una silueta presente y desarrollada en la colección capsula.

Sin embargo, el discurso liviano, la poca profundidad conceptual, el arte de la performance llevado a una caricatura sin desarrollo empañó lo que pudo ser un desfile singular, ya que todo ocurría en una de las galerías de arte más renombradas de Santiago. Y que no es por alumbrarla, pero ANIMAL lleva abierta, sustentada por un trabajo curatorial y de art dealer por más de 10 años, entonces “… una caricaturización de los clichés femeninos en el hogar, una especie de burla sin mayor repercusión…” no podría y no debería ocupar ese espacio tan notorio y que después se juzgue lo que ocurrió en redes sociales donde destrozaron el desfile por tratar de hacer una propuesta  más profunda pero con contenido random. Desde acá, eso ha empañado lo que nosotros creíamos un trabajo serio, fértil y con algo que decir, con un precedente que marcar. Brutal, la llegada del retail a un mercado próspero como al industria de la moda local. Solo en Chile eso ocurriría, donde el sentimiento neo liberal prevalece a otros más nobles como la equidad, el respeto al trabajo hecho y a quienes cuestionan el orden racional humano y no el orden del capital.


Del desfile, es un agrado decir quela  ropa de Sebastian del Real es una alegoría a la femeneidad. Lejos del full black, lejos de la androginia. Nunca border. Del resto, una propuesta tan de moda que ya pasó, hace mucho y que ya no volverá a ocurrir sin ser juzgada como ridícula y limítrofe. 






Editor: Nicolás Castillo
Fotos: René de la Cruz

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