martes, 6 de agosto de 2013

SANTIAGO FASHION WEEK (SFW) DIA 2

Santiago Fashion Week.
“La reivindicación del producto local”
Mucho se habló de la sensación dejada por el SFW en su primera jornada, una sensación negativa, claramente, con gusto a poco y con una opinión que iba en desmedro del acontecer local de la moda. Sin embargo y para la sorpresa de muchos, el segundo día (y final) trajo consigo gratas sorpresas de la mano de los creadores nacionales. Oportuno es mostrar diseño local en la que es la semana de la moda capitalina.
Con la concurrencia casi a tope, se dio inicio a una pasarela marcada por la expectación en el dialogo a presentar por los dueños de casa: Karyn Coo, Josefina Barros y Claudio Mansilla.
Parece una apuesta segura poner en pasarela el trabajo de Karyn Coo cuya fortaleza se centra en no perder el norte creativo, sin sobresaltos presenta una colección que de principio a fin habla de femineidad y fortaleza, de lo diáfano y lo potente. Un juego de dualidades que se ve en los cortes, muchas veces asimétricos entre el delantero y la espalda. En la mezcla de materiales, en el brillo y en el opaco. Todo en un constante equilibrio en donde estas dualidades compiten a favor de la integración en los looks. Desde maxi lentejuelas hasta una paleta de colores que iba del plateado al vino, pasando por los dorados y los blancos huesos. Hubo detalles en los hombros que potenciaban la idea de una mujer fuerte mezclados a su vez con cortas y severas minifaldas. Prevalece en Coo un espíritu ultra femenino que afirmaba, pasada a pasada una mirada acerca del vestir de la mujer y que logra incentivar de modo local a una clientela ávida del tono actual de la moda global.





El siguiente desfile, a cargo de Josefina Barros concentró una apuesta sin pretensiones acerca del concepto que ronda una colección. Chalayan decía tiempo atrás que “… el concepto es más importante que el vestido en si…” y Barros antepuso a “La Quintrala” ante todo. Una silueta olvidada en el calce ajustado, naif, texturas sobre texturas en el mismo tono y con aire de una elegancia aterciopelada. Simple y de líneas duras, Barros nos llevó por un recorrido histórico en el momento en que hablamos del 2013.


Si uno ha recorrido un poco la escena de la moda local, habrá notado la siempre cauta intervención del llamado a cerrar el SFW, Claudio Mansilla quien sumado a su destreza en el corte y confección sumó ahora una serie de accesorios hechos en cobre, severos cuellos, rígidos cinturones y orgánicas aplicaciones que a ratos recordaban la colección de Alta Costura de de Atelier Versace de 2012. Con una silueta entregada a los talles altos e hilada por el negro en contraste con el cobre, Mansilla hizo un ensamble entre propuestas nuevas y otras pasadas, haciendo siempre querer ver lo nunca antes visto hecho por este creador. Una pieza inolvidable: Una falda sobre la rodilla hecha con escamas de cobre cuya sonora aparición deslumbró a la audiencia. Un detalle que da cuenta de que la maestría se traslada de la seda al metal sin problemas y a su vez nos cuestiona que la habilidad del diseñador aun no encuentra su punto más alto.



Después de dos magros días, Santiago Fashion Week dio por finalizado su intervención en la escena de la moda capitalina, sepultando el nombre bajo los detalles de producción y organización, con un deplorable primer día y un gran acierto en el segundo. Con responsabilidad atribuiría que el evento, de esnobista carácter, pasó desapercibido, lujo que no se daría este en otra capital. Varias veces escuchamos hablar de la alicaída industria de la moda nacional y son este tipo de eventos que demuestran lo contrario, en contra de todo, la moda nacional marcó un precedente en cuanto a la calidad y claridad en las propuestas y a todas luces nos demuestra que un evento no puede sostenerse solo con traer a pasarela a una modelo medianamente conocida o una fiesta de cierre con varios asistentes. No, en un evento de moda, lo más importante es la moda en sí misma y dejar ese norte de lado es entregarse por completo a hacer algo sensacionalista más no sensacional.-

TEXTO : NICOLAS CASTILLO
FOTOS: RENE DE LA CRUZ

sábado, 3 de agosto de 2013

SANTIAGO FASHION WEEK (SFW) DIA 1

Santiago Fashion Week.
De los eventos a nivel global, el apellido “Fashion Week” es por lejos el más ansiado y esperado entre editores, productores, coleccionistas y consumidores de cada localidad. Por lo mismo, que se apellide a Santiago con un Fashion Week es subir a rango de evento internacional lo que ayer presenciamos en el subsuelo de Hotel W. Y es por eso que las expectativas eran altas y no solo altas sino sublimes en relación a lo que acarrea que se llame Fashion Week a una pasarela que en su primer día de estreno mostró cuatro desfiles de los cuales se carecía de invitados locales. Raro, si se le llama Santiago Fashion Week a un evento exento de personas competentes en la industria local, tanto editores o creativos. Raro es que un evento de este tipo deje a la prensa en una esquina rezagada y cuyo rol es fundamental en la difusión de la moda y del evento mismo. Raro es también que la ejecución curatorial de lo presentado fuese inconexa, sin un punto de partida claro y sin lugar a dudas, una llegada fría y desazonada.
Para abrir la pasarela, la peruana Jenny Duarte escogió dos looks hechos en bambula cruda, sentando precedente en relación a la textura a usar, algodones y lanas tejidas, todo orgánico y con una fresca primera vista, frescura que se perdía debido a las pesadas intervenciones en  el paño que consistían en romper el esquema liso de una mini falta e intervenirlo con una textura abultada y remachada con costuras lineales. Se declaró el principio del maxi corto, pequeños shorts acompañados de entallados blazers con una silueta favorecedora más no innovadora, lo que hace que la tensión de la información superior logre su equilibrio con una propuesta de calzado acorde a lo que hay arriba, caso inexistente ya que como contraposición a lo orgánico de la propuesta de la diseñadora se encontraban los zapatos en sus diversos formatos, altos y materiales, desde el crochet a la escarchilla plateada. Al fin y al cabo una serie de detalles que iban en desmedro de una propuesta inmadura creativamente, como el deshilado en un solo look o el uso de flores pegadas a la prenda. Tibio.




Bucólica y Asimétrica, Morena Rosa presentó su colección con claros remanentes de Cavalli, con interesantes apuestas en blanco y negro que sugerían un remanso en una colección prolífica en estampados y donde la paleta de colores era el gran conector al no existir una silueta que hablase por sí misma. Estampados coloridos, bloques de blanco y negro, olvidadas maxi tachas todo en una sola pasarela que rápidamente podrían confundirse con el invitado siguiente. 


Benito Fernández quien presentó livianos vestidos de verano, estampados y con un largo sugerente, sin nada nuevo que mostrar más que una muy buena calidad en el textil usado cuya frescura era envidiable, merito para el diseñador y el uso de un material que parecía vivo.


Para dar cierre al evento, el barroco funk de Cavalera hizo una entrada triunfal. Ultra urbano, ultra recargado, tremendamente agresivo y usable, una propuesta que se puede desmenuzar hasta el hilván y que tiene frescura suficiente para quedarse con gratas rentas para el verano. Por fin una marca que deja el pitillo masculino y que entrega al hombre una apuesta viril y colorida con estampados que hacían memoria en el grafitti de pared. De buena manufactura y con un estilismo entretenido, Cavalera rescató de cierto modo lo antes visto. Concecuente con la idea principal mantuvieron un discurso creativo de principio a fin lo cual habla de una sintonía con el rigor de trabajo.



La seguidilla de desfiles no solo habla de un desgaste curatorial de la organización sino que tal mixtura debería tener una sintonía en relación a lo cualitativo. En ese contexto hay un sinfín de detalles que van en desmedro de lo que se ha llamado Santiago Fashion Week. No hablaremos de etiquetas en zapatos, ni costuras deshilachadas, sino que atenderemos a la columna del evento que es la pasarela, cuya responsabilidad es la más grande. El trabajo debe hablar por si solo y por si solo este evento da cuenta de la industria local. Terrible seria la sensación de un verdadero reportero de moda al ver como el inflado nombre de FW queda colgando de una huila al presenciar lo antes visto. Empezando por como se ha manejado el evento en sí, dejando medios afuera y espacios reducidos para el debate de moda. Peligroso, porque se abandera a un evento con el nombre de una localidad donde todos sabemos, conviven exponentes de calidad y cuyo trabajo no fue visto ni tomado en cuenta. Peligroso, porque el medio nos involucra a todos y todos somos el medio. Como primer día hay algo de decepción, sin embargo queda otro por ver,.

LAS FOTOGRAFIAS DEL DESFILE COMPLETO EN https://www.facebook.com/pages/circulomagcom/162951550551813
TEXTO : NICOLAS CASTILLO
FOTOS: RENE DE LA CRUZ